sábado, 26 de septiembre de 2009

SOBRE LA LIBERTAD DE ESCRIBIR (EN EL MARCO DE LA DISCUSION DEL PROYECTO DE LEY DE MEDIOS)

MARIANO MORENO

Si el hombre no hubiera sido constantemente combatido por las preocupaciones y los errores, y si un millón de causas que se han sucedido sin cesar, no hubiesen grabado en él una multitud de conocimientos y de absurdos, no veríamos, en lugar de aquella celeste y majestuosa simplicidad que el autor de la naturaleza le imprimió, el deforme contraste de la pasión que cree que razona cuando el entendimiento está en delirio. Consúltese la historia de todos los tiempos, y no se hallará en ella otra cosa más que desórdenes de la razón, y preocupaciones vergonzosas. ¡Qué de monstruosos errores no han adoptado las naciones como axiomas infalibles, cuando se han dejado arrastrar del torrente de una preocupación sin examen, y de una costumbre siempre ciega, partidaria de las más erróneas máximas, si ha tenido por garantes la sanción de los tiempos, y el abrigo de la opinión común! En todo tiempo ha sido el hombre el juguete y el ludibrio de los que han tenido interés en burlarse de su sencilla simplicidad. Horroroso cuadro, que ha hecho dudar a los filósofos, si había nacido sólo para ser la presa del error y la mentira, o si por una inversión de sus preciosas facultades se hallaba inevitablemente sujeto a la degradación en que el embrutecimiento entra a ocupar el lugar del raciocinio.
¡Levante el dedo el pueblo que no tenga que llorar hasta ahora un cúmulo de adoptados errores, y preocupaciones ciegas, que viven con el resto de sus individuos; y que exentas de la decrepitud de aquéllos, no se satisfacen con acompañar al hombre hasta el sepulcro, sino que retroceden también hasta las generaciones nacientes para causar en ellas igual cúmulo de males!
En vista de esto, pues, ¿no sería la obra más acepta a la humanidad, porque la pondría a cubierto de la opresora esclavitud de sus preocupaciones, el dar ensanche y libertad a los escritores públicos para que las atacasen a viva fuerza, y sin compasión alguna? Así debería ser seguramente; pero la triste experiencia de los crueles padecimientos que han sufrido cuantos han intentado combatirlas, nos arguye la casi imposibilidad de ejecutarlo. Sócrates, Platón, Diágoras, Anaxágoras, Virgilio, Galileo, Descartes, y otra porción de sabios que intentaron hacer de algún modo la felicidad de sus compatriotas, iniciándolos en las luces y conocimientos útiles y descubriendo sus errores, fueron víctimas del furor con que se persigue la verdad.
¿Será posible que se haya de desterrar del universo, un bien que haría sus mayores delicias si se alentase y se supiese proteger? ¿Por qué no le ha de ser permitido al hombre el combatir las preocupaciones populares que tanto influyen, no sólo en la tranquilidad, sino también en la felicidad de su existencia miserable? ¿Por qué se le ha de poner una mordaza al héroe que intenta combatirlas, y se ha de poner un entredicho formidable al pensamiento, encadenándole de un modo que se equivoque con la desdichada suerte que arrastra el esclavo entre sus cadenas opresoras?
Desengañémonos al fin que los pueblos yacerán en el embrutecimiento más vergonzoso, si no se da una absoluta franquicia y libertad para hablar en todo asunto que no se oponga en modo alguno a las verdades santas de nuestra augusta religión, y a las determinaciones del gobierno, siempre dignas de nuestro mayor respeto. Los pueblos correrán de error en error, y de preocupación en preocupación, y harán la desdicha de su existencia presente y sucesiva. No se adelantarán las artes, ni los conocimientos útiles, porque no teniendo libertad el pensamiento, se seguirán respetando los absurdos que han consagrado nuestros padres, y han autorizado el tiempo y la costumbre.
Seamos, una vez, menos partidarios de nuestras envejecidas opiniones; tengamos menos amor propio; dése acceso a la verdad y a la introducción de las luces y de la ilustración: no se reprima la inocente libertad de pensar en asuntos del interés universal; no creamos que con ella se atacará jamás impunemente al mérito y la virtud, porque hablando por sí mismos en su favor y teniendo siempre por árbitro imparcial al pueblo, se reducirán a polvo los escritos de los que, indignamente, osasen atacarles. La verdad, como la virtud, tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo: si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria.
Publicado en la "Gazeta de Buenos Aires", del 21 de junio de
1810



Sobre el Proyecto de Ley de Medios y Servicios Audiovisuales.


Hace casi dos siglos, ya el gran prócer Mariano Moreno dedicaba su pluma a defender la libertad de pensamiento y de la difusión del mismo por medio de la escritura, y en estos días que nos tocan vivir, nuevamente esta cuestión tan importante ha saltado a la palestra de la realidad cotidiana. Pero en el amanecer de nuestra Argentina, la palabra vertida en el papel poseía la preponderancia que contemporaneamente revisten los medios de comunicación masivos como la Televisión y la Radio.
Y sin embargo, el fondo de todo no ha sufrido cambios, a pesar de los avances de la tecnología y demás portentos de la ciencia, es la libertad humana el principio desde el cual se parte, y a la vez el punto de llegada obligado, puesto que seria una ironía repleta de perversidad, que el ejercicio de la libertad de unos sea un instrumento para conculcar la de otros.
“La verdad puede taparse, o puede hacerse tapa”, he leído en un spot publicitario de un reconocido multimedio, y ciertamente me hubiera encantado observar esa osadía tremenda durante el nefasto Proceso de Reorganización Nacional. Pero los hoy en día, defensores furiosos de la “libertad”, compartieron la mesa con los Generales, y no tuvieron reparo en aceptar el magnifico obsequio que constituyo Papel Prensa.
¿Qué es lo que se pretende con una nueva Ley de Medios?, muchos gritan con vehemencia ¡Acallar voces!. Y sin embargo esas voces que ahora se creen en peligro, se mantuvieron calladas cuando la Nación misma exigía que gritaran al Mundo la verdad sobre la hora de los calabozos, del miedo y la muerte. Hace tiempo que esas voces no dicen nada, no hacen nada, no son nada de lo que pretenden ser, por la sencilla razón de haberse convertido en simples vitrinas de exhibición de artículos sin ninguna utilidad, y de verdades huérfanas de moralidad y principios.
Ciertamente, es posible criticar la forma en que un Proyecto de semejante envergadura ha sido tratada, prácticamente a tambor batiente en la Cámara de Diputados. Las formas son justas si se atienen a un fin igualmente justo. Y ante la oportunidad de poder cambiar una legislación realmente tétrica como la actual, realmente no importa demasiado que los diputados hayan dado no más de una leída al Proyecto.
Otras opiniones han marcado la inoportunidad de tratar este Proyecto, postergándolo hasta el 10 de Diciembre próximo, en base a la supuesta perdida de legitimidad del actual Congreso, Excusa en todo pueril, puesto que la legitimidad de uno y otro es la misma. Y además, si la Ley que fuese promulgada fuera una “mordaza” que atacase a nuestros “adalides” de la libertad, el próximo Congreso la podrá modificar, así como la Corte Suprema de Justicia de la Nación podrá fallar declarando su inconstitucionalidad.
La verdad se impondrá sin importar la cantidad de licencias, eso es incontestable; no así las mentiras, que requieren ser suministradas en grandes dosis para surtir los efectos deseados, según la opinión calificada de Joseph Goebbels.
Este Proyecto de Ley marcara un antes y un después, sin duda alguna. Y tras su entrada en vigencia, podríamos decir con certeza, que la libertad sobre la cual escribió, y por la cual vivió y también murió Mariano Moreno, empezó a surgir tras largos años de espera.

martes, 1 de septiembre de 2009

1850 - 17 de Agosto- 2009

Del Futuro,
en homenaje a los Padres de la Argentina y en particular,
al Libertador Don José de San Martín.

(Extracto de un discurso pronunciado en la UNLaM el 28/10/2007, en el marco de las Olimpiadas de Oratoria del Departamento de Derecho y Ciencia Politica)

Tantas cosas pueden ser evocadas en tan pocas palabras. El futuro configura a veces una promesa, otras una posibilidad, tal vez una alegoría, pero pocos podrían afirmar que es una certeza despojada de toda incertidumbre. Cuando los jóvenes empezamos a pensar en el futuro, ¿que es aquello que salta primeramente a nuestra imaginación?, nuestras cabezas pobladas de canas, tal vez. En las dimensiones mas individuales, por ende mas pequeñas y limitadas a pocas décadas, esto seria lo natural, puesto que cada uno esta conciente de su finitud y de aquello que conlleva alejarse del mediodía existencial.
Pero, como sería pensar en el futuro, desde esa perspectiva absoluta, en la que los nombres de los individuos se disuelven para conformar una entidad mucho mayor, cuando dejamos de tener en cuenta la sucesión de los días y semanas, y las realidades son contadas en medidas de lustros, décadas, de siglos.En pocas palabras, ¿Cómo la misma Argentina, piensa en su futuro?.Falta tan poco para que sea celebrado el Segundo Centenario. En aquellos tiempos pretéritos, en los cuales el peso de la infamia podía percibirse en el aire mismo, nuestros padres no tenían ante sus ojos siquiera un espejismo de lo que podría llegar a ser esa tierra sobre la que sus pies se apoyaban, aunque estaban concientes de lo que seria si sus actos reflejaban flaqueza. Tal vez solo barro, o piedra tosca, quizá mármol, nacerían de sus hechos. Pero fuese lo mas suntuoso o simple, no podría ser hermoso si no tuviere la bendición de la Libertad. Y dicha bendición, solo es dable si a la Divinidad le son ofrecidas los despojos infames de las cadenas destrozadas.
Y ciertamente nuestros padres, hicieron esas ofrendas, aunque debieran también entregar sus vidas en ese holocausto en pos de un mañana. De un futuro tal vez duro, pero siendo libre, siendo de sus hijos, tan bello...Ciertamente pocas son las naciones que pueden arrogarse los prístinos laureles que engalanan a sus grandes hijos. ¿Qué fue aquello que impulso a tantos hombres, a transponer las fronteras de roca, a las infinitas soledades del agua?. Los estandartes de los libres, en que se ven el radiante Sol del sur; han ondeado vigorosos en lo mas alto de las fortalezas inexpugnables, en que se cimentaban los anhelos de eternidad de la Tiranía, se ha reflejado en los mares de cada confín del orbe, en los que otrora el despotismo se creía seguro. De los labios de los hijos de esta noble tierra, pueblos enteros han oído esa sacra palabra. ¿Quienes pueden levantar su voz, y proclamar a los cuatro vientos sin temor alguno; que por ella han caído desde el tosco soldado, nacido en los llanos, hasta el general cuyo linaje asciende a generaciones incontables; ambos hermanados en el combate, ambos ya iguales en su dignidad?. ¡Obstinada prole!, desafiando las distancias y el candente acero, avanzando imparables sin importarles el retorno, exhalando su ultimo aliento pensando tal vez en el futuro de sus hijos. ¡Bravos americanos!, sembrando con su propia sangre lejanas tierras, para que en ellas se irguiesen portentosas, las esplendentes mieses de la Libertad.¿Por que?. Estando nosotros aquí, ¿acaso hace falta respuesta más elocuente que tan solo vernos entre nosotros?.
Nunca faltaran quienes consideren que el sacrificio elevadísimo de nuestros magnos padres, fue inicuo. No faltaran quienes aseveren que el futuro por los que ellos dieron la vida a cambio, ha perecido. Pero a pesar de las vicisitudes por las cuales esta Nación ha atravesado, aquellas duras pruebas que signaron a generaciones enteras, no han podido acabar con esa esperanza nacida hace casi dos siglos. Los hijos de esta gran nación pueden gritar al mundo entero: ¡aquí estamos!. ¡Estamos!, los que quebrantamos el Callao; ¡estamos!, los que vencimos flotas invictas; ¡estamos!, los que miraron a los poderes mas grandes de la historia y los retamos.Aquí estamos, hablando del futuro, sumergiéndonos en el pasado. Contradictorio de alguna manera, si se considera que el pasado y el futuro se contraponen y se excluyen. Pero acaso, ¿no somos un futuro cierto, para aquellos que nos precedieron?. Así, para intentar comprender lo que nos depara el devenir, no es tan descabellada esta vía.
Aprendamos del ejemplo de nuestros ilustres padres, mantengámonos siempre altivos, pues somos hijos de la misma Madre que engendro a tantos héroes. Firmes en los principios que son lábaro indiscutible de la grandeza y la virtud. Sapientes de los hechos de nuestros antepasados, procuremos emular la entereza desde todos los sitiales de nuestra vida, desde el más humilde al más enaltecido, porque todos son nobles al ser libres. Ya no es necesario empuñar los armas, pero ahora es más necesario que nunca empuñar fuertemente los ideales que emanan de las letras brillantes escritas por nuestros mayores.
Que en el siguiente Centenario, el Tercero, aquellos que lo celebren tengan más motivos para enaltecer a su Patria que los que ahora tenemos, que no necesiten remontarse demasiado para encontrar motivos de inspiración para sus faenas y sus vidas. Que sus corazones palpiten con mayor intensidad, al saberse hijos de la Argentina.La incertidumbre puede ser grande, como oscura puede ser la noche. Pero nunca habrá penumbra tan intensa que devore la misma luz de la alborada. Podrá ser largo el reinado de las sombras , pero siempre acaba.Seamos obstinados y altivos, que el sol que vean nuestros hijos sea más radiante que ninguno. Así saldaremos la deuda enorme que tenemos con nuestros padres; y nuestro andar sobre esta tierra, no habrá sido en vano.

LA GAZETA UNIVERSITARIA (AGOSTO 2009)



PRESENTACION


Como medio para canalizar el deseo de varios estudiantes universitarios por contribuir de una manera verdadera al desarrollo de nuestra Casa; buscando superar los graves déficits que todos hemos podido observar en la dirección del Centro de Estudiantes de la UNLaM, en las representaciones del estamento estudiantil en el Consejo Superior y los Claustros Departamentales y ante todo, por entender que la Democracia no es una palabra carente de sentido; nació la Agrupación de Estudiantes Universitarios Mariano Moreno, utilizando el nombre del gran prócer de la Revolución de Mayo, que a nuestro parecer mejor encarna los valores a que aspiramos.

Y para servir de nexo entre los miembros de la Agrupación, y todos los universitarios de nuestra querida Casa, desde este momento corre por los pasillos este humilde periódico, al cual hemos llamado la Gazeta Universitaria, que sin duda se convertirá como su antecesora, en digna portadora de los anhelos de Libertad, Justicia e Igualdad de los jóvenes que concurrimos a clases en estos días; como aquellos que concurrieron a los campos de batalla, fundando con su sacrificio la Patria, mientras que nosotros, con nuestro esfuerzo, la estamos construyendo.
Desde ahora saludamos con efusión a todos aquellos que creen con firmeza en que la felicidad de una Nación solo se puede medir a través de la felicidad de su Pueblo, sin ningún tipo de exclusión; y que la Universidad existe para que ello sea posible.

El Rol de la Universidad

A pesar del discurso al cual nos han acostumbrado, en el que repiten incesantemente las virtudes excelsas de una fuente, o la belleza celestial de una fila de palmeras, la Universidad es mucho mas que ese par de atributos ornamentales. Si bien el desarrollo de la institución universitaria en nuestro país ya lleva centurias en su haber, no seria sino hasta el advenimiento del siglo XX, en que el papel de la Universidad en el devenir de la Nación seria discutido por la misma Sociedad. Antes de la Reforma del año 18, los claustros tan solo eran reductos para la formación de las nuevas generaciones de miembros de las oligarquías locales, alcanzando un grado de elitismo exasperante, que provoco la reacción representada por el Movimiento Reformista, que quito de pocas manos el manejo de la Universidad, y traslado el poder al estamento docente y estudiantil, pero que no fue mas allá, a pesar de los principios enunciados en el bello Manifiesto Liminar, y pronto cayo en los vicios que tanto había criticado.
La Democracia en los claustros no es mas que un recurso retórico, sino esta acompañada por una democracia real en cuanto a generalizar las posibilidades de acceso a la educación superior. Esto es posible recién en el año 1949, cuando los aranceles son finalmente suprimidos, y se podría afirmar sin temor a equivocación, nace el concepto actual de Universidad Argentina. Con la masificación del conocimiento gracias a una medida de semejante envergadura, la Universidad se encuentra finalmente entroncada en la realidad de nuestro país, dejando de lado el retraimiento estéril primigenio.

No se trata de imitar tal o cual modelo académico, puesto que el modelo francés, tanto el alemán o el norteamericano están pensados para una realidad muy distinta a la nuestra; aunque ello no implique que componentes de los mismos no puedan ser tomados en función a las necesidades de nuestro medio.

Plantear el rol que le cabe a las universidades, no es un problema que pueda solucionarse en unas pocas líneas, pero es una cuestión que atañe a todos por igual, sean docentes, egresados o recién ingresantes. Grandes males se han provocado hace muy poco tiempo, aplicando formulas foráneas, que llevaron al país casi al colapso. No es posible repetir esos errores, y en esa faena titánica, la Universidad tiene un papel determinante. De nosotros depende generar las respuestas necesarias, creando.
Defender la Democracia

Los sucesos en un pequeño país como Honduras, han provocado una protesta generalizada por parte de los gobiernos, tanto de América como del resto del mundo. Si bien con diversos matices, desde una critica tibia y sutilmente contemporizadora; hasta un posicionamiento firme y claro, que no deja de percibir ni por un instante que las consecuencias de semejante quiebre del sistema democrático repercutirán mas allá de las fronteras de la hermana nación centroamericana.
La defensa de la democracia, que no es mas que la defensa de los derechos básicos de los Pueblos, debe ser permanente e irrestricta. Es de elogiar por ende, el obrar del Gobierno Nacional, que en los diversos foros internacionales y en toda ocasión propicia, ha sostenido con entereza la bandera de la Democracia.
Lección de vuelo

El conocimiento
camina lento hecho oruga.
Primero, no sabe que sabe,
y se contenta, voraz con el cotidiano rocío
dejado en las hojas vividas de las
mañanas.

Después, piensa que sabe
y se cierra en sí mismo: hace murallas,
cava trincheras, levanta barricadas,
defendiendo lo que piensa saber,
levanta certezas en forma de muro,
orgulloso de su capullo.

Hasta que maduro,
estalla en vuelos
riendo del tiempo en que imaginaba saber
o guardaba preso aquello que sabia.
Vuela alto su osadía,
reconociendo el sudor de los siglos
en el rocío de cada día.

Incluso el vuelo más bello
descubre un día que no es eterno.
Es tiempo de aparear
volver a la tierra con sus huevos
a la espera de nuevas y prosaicas orugas.

El conocimiento es así.
Ríe de sí mismo
y de sus certezas.
Es meta de la forma,
metamorfosis, movimiento,
fluir del tiempo
que tanto crea como arrasa
al mostrarnos que para cada vuelo
es preciso tanto el capullo
como el ala.
Mauro Iasi

lunes, 10 de agosto de 2009

LA UNIVERSIDAD EN LA CONSTITUCION DE 1949

Capítulo tercero
Derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad y de la educación y la cultura
Artículo 37 -
Declárense los siguientes derechos especiales:

IV. De la educación y la cultura
La educación y la instrucción corresponden a la familia y a los establecimientos particulares y oficiales que colaboren con ella, conforme a lo que establezcan las leyes. Para ese fin, el Estado creará escuelas de primera enseñanza, secundaria, técnico-profesionales, universidades y academias.
1. La enseñanza tenderá al desarrollo del vigor físico de los jóvenes, al perfeccionamiento de sus facultades intelectuales y de sus potencias sociales, a su capacitación profesional, así como a la formación del carácter y el cultivo integral de todas las virtudes personales, familiares y cívicas.
2. La enseñanza primaria elemental es obligatoria y será gratuita en las escuelas del Estado. La enseñanza primaria en las escuelas rurales tenderá a inculcar en el niño el amor a la vida del campo, a orientarlo hacia la capacitación profesional en las faenas rurales y a formar la mujer para las tareas domésticas campesinas. El Estado creará, con ese fin, los institutos necesarios para preparar un magisterio especializado.
3. La orientación profesional de los jóvenes, concebida como un complemento de la acción de instruir y educar, es una función social que el Estado ampara y fomenta mediante instituciones que guíen a los jóvenes hacia las actividades para las que posean naturales aptitudes y capacidad, con el fin de que la adecuada elección profesional redunde en beneficio suyo y de la sociedad.

4. El Estado encomienda a las universidades la enseñanza en el grado superior, que prepare a la juventud para el cultivo de las ciencias al servicio de los fines espirituales y del engrandecimiento de la Nación y para el ejercicio de las profesiones y de las artes técnicas en función del bien de la colectividad. Las universidades tienen el derecho de gobernarse con autonomía, dentro de los límites establecidos por una ley especial que reglamentará su organización y funcionamiento.
Una ley dividirá el territorio nacional en regiones universitarias, dentro de cada una de las cuales ejercerá sus funciones la respectiva universidad. Cada una de las universidades, además de organizar los conocimientos universales cuya enseñanza le incumbe, tenderá a profundizar el estudio de la literatura, historia y folklore de su zona de influencia cultural, así como a promover las artes técnicas y las ciencias aplicadas con vistas a la explotación de las riquezas y al incremento de las actividades económicas regionales.
Las universidades establecerán cursos obligatorios y comunes destinados a los estudiantes de todas las facultades para su formación política, con el propósito de que cada alumno conozca la esencia de lo argentino, la realidad espiritual, económica, social y política de su país, la evolución y la misión histórica de la República Argentina, y para que adquiera conciencia de la responsabilidad que debe asumir en la empresa de lograr y afianzar los fines reconocidos y fijados en esta Constitución.

5. El Estado protege y fomenta el desarrollo de las ciencias y de las bellas artes, cuyo ejercicio es libre; aunque ello no excluye los deberes sociales de los artistas y hombres de ciencia. Corresponde a las academias la docencia de la cultura y de las investigaciones científicas postuniversitarias, para cuya función tienen el derecho de darse un ordenamiento autónomo dentro de los límites establecidos por una ley especial que las reglamente.
6. Los alumnos capaces y meritorios tienen el derecho de alcanzar los más altos grados de instrucción. El Estado asegura el ejercicio de este derecho mediante becas, asignaciones a la familia y otras providencias que se conferirán por concurso entre los alumnos de todas las escuelas.
7. Las riquezas artísticas e históricas, así como el paisaje natural cualquiera que sea su propietario, forman parte del patrimonio cultural de la Nación y estarán bajo la tutela del Estado, que puede decretar las expropiaciones necesarias para su defensa y prohibir la exportación o enajenación de los tesoros artísticos. El Estado organizará un registro de la riqueza artística e histórica que asegure su custodia y atienda a su conservación.

Capítulo Cuarto
Atribuciones del Congreso
Artículo 68 -
Corresponde al Congreso:

16. Proveer lo conducente a la prosperidad del país, a la higiene, moralidad, salud pública y asistencia social, al adelanto y bienestar de todas las provincias y al progreso de la ciencia, organizando la instrucción general y universitaria; promover la industria, la inmigración, la construcción de ferrocarriles y canales navegables y el establecimiento de otros medios de transporte aéreo y terrestre; la colonización de tierras de propiedad nacional y de las provenientes de la extinción de latifundios, procurando el desarrollo de la pequeña propiedad agrícola en explotación y la creación de nuevos centros poblados con las tierras, aguas y servicios públicos que sean necesarios para asegurar la salud y el bienestar social de sus habitantes; la introducción y establecimiento de nuevas industrias, la importación de capitales extranjeros y la exploración de los ríos interiores por leyes protectoras de estos fines y por concesiones temporales de franquicias y recompensas de estímulo.

sábado, 8 de agosto de 2009

Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria*


La Juventud Argentina de Córdoba a los Hombres Libres de Sudamérica
Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.
La rebeldía estalla en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y - lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
Nuestro régimen universitario –aun el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo, sólo ha venido a probar que el mal era más afligente de lo que imaginábamos y que los antiguos privilegios disimulaban un estado de avanzada descomposición. La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces, la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son y dolorosas- de todo el continente. ¿Qué en nuestro país una ley – se dice -, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos?. Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo.
La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.
La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos.
Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La Federación Universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar tan pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente Referiremos los sucesos para que se vea cuánta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurarse el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la Universidad. Otros –los más- en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión la que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad!. ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría expresaba la suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección del rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta Universidad.
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombre ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de hoy para ti, mañana para mí, corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las lecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados contemplamos entonces como se coligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes. Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadanos de una democracia universitaria!. Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.

Firmado: Enrique F. Barros, Ismael C. Bordabehére, Horacio Valdés,presidentes. Gumersindo Sayago, Alfredo Castellanos, Luis M. Méndez, Jorge L. Bazante, Ceferino Garzón Maceda, Julio Molina, Carlos Suárez Pinto, Emilio R. Biagosch, Angel J. Nigro, Natalio J. Saibene, Antonio Medina Allende y Ernesto Garzón.


* Redactado por Deodoro Roca, apareció en Córdoba (Argentina) el 21 de junio de 1918. Las firmas al pie pertenecen a los miembros de la comisión directiva de la Federación Universitaria de Córdoba.

martes, 4 de agosto de 2009

Honduras y la SIP

Por Atilio A. Boron *

La prolongación de la crisis en Honduras no tiene un efecto neutro, pues juega a favor de los golpistas. El repudio y el aislamiento universales no conmueven a los usurpadores. Todo lo contrario: confirman su visión paranoica de un mundo dominado por comunistas, subversivos y revolucionarios que conspiran sin cesar para frustrar su patriótica empresa.
Tanto los militares como los civiles hondureños comparten ese delirio que sigue siendo alimentado, día a día, por el Pentágono, la CIA y buena parte del establi-shment político del imperio, para los cuales la guerra no ha terminado ni va a terminar jamás. Guerra sobre todo contra todo ese inmenso e inesperado movimiento social que se ha puesto en marcha a partir del golpe y que rebasa amplia –y tal vez irreversiblemente– los estrechos marcos de la mal llamada “democracia representativa” en Honduras.
Bastó que aquél pretendiese honrar esa fórmula para que la santa alianza abandonase en tropel las cavernas y saliera a dar batalla: allí se juntaron, para unir fuerzas, los representantes militares y políticos del imperio con la corrupta oligarquía local, la perversa jerarquía de la Iglesia Católica, las diversas fracciones del patronato y el poder mediático que este conglomerado de la riqueza y el privilegio controla a su antojo, haciendo de la libertad de prensa una broma sangrienta.
No es casualidad que el sitio web de la benemérita Sociedad Interamericana de Prensa, siempre tan atenta ante todo lo que ocurra con los medios en Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador, haya ocultado arteramente lo que está aconteciendo en Honduras. La resolución más importante sobre el tema de los medios, adoptada el 24 de Julio, es una condena... ¡al presidente Rafael Correa por alentar el “incesante clima de confrontación y epítetos contra periodistas, propietarios de medios de comunicación y sus empresas!”.
Ni una palabra sobre Gabriel Fino No-riega, periodista hondureño de Radio Estelar, asesinado por fuerzas paramilitares, de la cual informa la misión de la ONU enviada a investigar la situación de los derechos humanos en Honduras. La misma delegación comprobó que en Tegucigalpa, Canal 36, Radio TV Maya y Radio Globo fueron militarizadas, constatándose asimismo el asalto a diversos locales de medios de comunicación y amenazas de muerte contra periodistas, el bloqueo de sus transmisiones o la interceptación telefónica y bloqueo de su acceso a internet. La misión también corroboró el ametrallamiento de la cabina de transmisión de Radio Juticalpa en Olancho, y las amenazas de muerte producidas contra periodistas como el director del diario El Libertador, Johnny J. Lagos Enríquez, así como contra el periodista Luis Galdanes. En la ciudad de Progreso los militares silenciaron las trasmisiones de Radio Progreso, siendo hostigado su director, el sacerdote jesuita Ismael Moreno, detenido temporariamente uno de sus periodistas, mientras otros recibían amenazas de muerte. Otro caso es el de Canal 26, TV Atlántica, cuyo directivo declaró ante la misión de la ONU que los militares indicaron a los medios de comunicación del departamento que debían abstenerse de trasmitir otras versiones o informaciones que no emanasen del gobierno de facto.
Ante la agresión sufrida por los periodistas de Telesur y Venezolana de Televisión –sin cuya valiente labor el mundo jamás se habría enterado de lo que ocurría en Honduras–, la SIP se limitó a emitir un tibio comunicado lamentando los hechos; la resolución dura, en cambio, se tomó en contra de Correa.
Sería muy largo enumerar todas las violaciones a la libertad de prensa y los derechos humanos, aparte del asesinato de Noriega, que pasaron desapercibidas ante los atentos censores de la SIP y sus lenguaraces, Mario Vargas Llosa y la pandilla de los “pluscuamperfectos idiotas latinoamericanos”. Su silencio cómplice revela la descomposición moral del imperio, sus permanentes mentiras y la impunidad con la cual se mueven estos falsos defensores de la “libertad de prensa”. Y frente a este escenario, ¡la secretaria de Estado Hillary Clinton se atreve a calificar como imprudente el gesto de Zelaya de viajar a la frontera de su país!!, al paso que su vocero, Philip Crowley, advertía contra “cualquier acción que pueda conducir a la violencia” en Honduras.
Falta ya muy poco para que Washington comience a declarar que el verdadero golpista es Zelaya y que fue él y no otro quien arrojó a su país a un caos de violencia y muerte. La promesa de nuevas mediaciones a cargo de la Casa Blanca sólo servirá para desfigurar aún más la verdad e inclinar el fiel de la balanza a favor de los golpistas y sus mandantes.

* Politólogo

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-128865-2009-07-26.html

jueves, 23 de julio de 2009

Pensamiento Moreniano


"Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía."

(Del Prólogo de "El contrato social" de Rousseau, traducido por Mariano Moreno en 1810. )

"Habiéndome hecho cargo de todo, resolví entregarme a la marea de los acontecimientos, porque las empresas arduas siempre presentan grandes dificultades, y por consiguiente grandes remedios; pues huir cuando se va a dar la batalla, no sólo es cobardía sino aún traición; y en este estado me puse en manos de la Providencia a fin de que dirigiese mis conocimientos acerca de la causa más justa y más sana, pues si se malograse el fruto de mis intentos, la recompensa, creo, quedaría cifrada en la gloria de haberlos emprendido. "

(Extracto del Plan de Operaciones)

" ¿Pretendería el rey, que continuásemos en nuestra antigua constitución? Le responderíamos que no conocemos ninguna; y que las Leyes arbitrarias, dictadas por la codicia para esclavos y colonos, no pueden reglar la suerte de unos hombres, que desean ser libres, y a los cuales ninguna potestad de la tierra puede privar de aquel derecho. "

(Gazeta de Buenos Aires, jueves 15 de noviembre de 1810)